La tecnología se ha convertido en una aliada clave para transformar la forma en que las personas interactúan con los espacios culturales. En este contexto, los tótems digitales están revolucionando la experiencia museística, ofreciendo nuevas formas de descubrir, aprender y disfrutar el arte y la historia. Pero, ¿qué es exactamente un tótem digital? ¿Y cómo puede mejorar la experiencia de quienes visitan un museo?
¿Qué es un tótem digital?
Un tótem digital es un dispositivo interactivo de gran formato, generalmente en forma vertical, equipado con una pantalla táctil y conectividad digital. Su diseño está pensado para captar la atención, ofrecer información dinámica y permitir la interacción directa con los usuarios. Pueden ubicarse en espacios interiores o exteriores, y adaptarse a múltiples necesidades: desde dar la bienvenida, hasta ofrecer recorridos virtuales o facilitar la compra de entradas.
En el contexto de un museo, el tótem digital no es solo una pantalla: es una herramienta para enriquecer la experiencia del visitante, aumentar la accesibilidad y conectar los contenidos expuestos con el lenguaje digital al que estamos cada vez más acostumbrados.
¿Cómo transforma el tótem digital la experiencia de un museo?
1. Bienvenida e información personalizada
Uno de los primeros puntos de contacto del visitante con el museo puede ser el tótem digital. En la entrada, estos dispositivos pueden dar la bienvenida en varios idiomas, mostrar mapas interactivos del museo o sugerir recorridos en función del tiempo disponible, intereses o tipo de visitante (familias, escolares, expertos, etc.).
Gracias a su capacidad para adaptarse en tiempo real, los tótems pueden incluso ofrecer información actualizada sobre horarios, exposiciones temporales, eventos especiales o recomendaciones del día.
2. Accesibilidad y multilingüismo
No todos los visitantes tienen el mismo nivel de comprensión del idioma local ni las mismas capacidades físicas o cognitivas. El tótem digital puede ofrecer contenido en múltiples idiomas, audioguías sincronizadas, vídeos con lengua de signos o modos de alto contraste para personas con baja visión.
Esto no solo mejora la accesibilidad universal, sino que transmite un mensaje claro: el museo es un espacio para todas las personas.
3. Interactividad y aprendizaje activo
Frente a los paneles informativos tradicionales, el tótem digital permite una experiencia mucho más activa. El visitante puede tocar la pantalla, ampliar información sobre una obra, ver imágenes en alta resolución, comparar estilos artísticos, ver vídeos explicativos o escuchar testimonios de expertos.
Este tipo de interacción fomenta un aprendizaje más profundo, ya que el usuario construye su propio recorrido informativo y se involucra emocionalmente con los contenidos.
4. Conexión con lo digital sin perder lo físico
El tótem digital no sustituye la experiencia presencial de contemplar una obra de arte o recorrer una exposición. Al contrario, la complementa y enriquece. Por ejemplo, junto a una escultura, el tótem puede ofrecer una visualización en 3D de su proceso de restauración. O junto a un cuadro, puede mostrar un vídeo sobre la vida del artista y su contexto histórico.
De esta forma, se genera un puente entre lo analógico y lo digital, ampliando las posibilidades de comprensión sin invadir la experiencia estética.
5. Gamificación y propuestas para públicos jóvenes
Los museos tienen cada vez más interés en atraer a públicos jóvenes, escolares o familias con niños. Los tótems pueden incluir juegos interactivos, trivias, retos o actividades participativas relacionadas con las exposiciones. También pueden servir de punto de partida para yincanas digitales o recorridos temáticos guiados por personajes históricos o ficticios.
Así, se fomenta la curiosidad y se convierte la visita en una experiencia divertida, participativa y memorable.
6. Recogida de datos y mejora continua
Los tótems digitales también aportan valor al museo desde el punto de vista de la gestión y análisis de datos. Pueden registrar cuáles son los contenidos más consultados, qué rutas se eligen con más frecuencia o qué idiomas predominan. Esta información es clave para tomar decisiones estratégicas y adaptar la oferta cultural a las necesidades reales del público.
Además, se pueden integrar encuestas de satisfacción, buzones de sugerencias o votaciones en tiempo real sobre exposiciones o actividades.
7. Sostenibilidad y actualización constante
A diferencia del material impreso, el contenido de un tótem puede actualizarse de forma ágil y sostenible. Si cambia una sala, se inaugura una nueva muestra o se modifican los horarios, la información puede editarse al momento sin necesidad de reimprimir folletos o paneles físicos.
Esto convierte al tótem digital en una herramienta versátil, escalable y respetuosa con el medioambiente.
¿Por qué elegir tótems digitales con Mindsaic?
En Mindsaic entendemos que la tecnología solo tiene sentido si mejora la experiencia humana. Por eso, diseñamos soluciones de tótems digitales pensadas específicamente para espacios culturales y museos. Nuestro enfoque se basa en tres pilares:
- Diseño a medida: adaptamos cada dispositivo al entorno, la identidad del museo y las necesidades de sus visitantes.
- Contenidos inteligentes: creamos experiencias interactivas, multilingües y accesibles que conectan con diferentes públicos.
- Tecnología fiable y escalable: apostamos por sistemas sólidos, fáciles de actualizar y preparados para evolucionar con el museo.
Nuestro objetivo es claro: ayudarte a crear experiencias culturales memorables, donde la innovación tecnológica esté siempre al servicio del arte, la historia y las personas.
Un claro ejemplo del impacto de estas soluciones que creemos lo encontramos en el Museo de Cera de Madrid, un espacio con décadas de historia que en 2024 decidió dar un salto hacia el futuro.
El museo necesitaba modernizarse para proyectar una imagen más actual y atractiva, capaz de conectar con nuevas generaciones sin perder su esencia. Su objetivo era ofrecer una experiencia más envolvente, donde el visitante no solo observase figuras, sino que pudiera interactuar, aprender y emocionarse.
Desde Mindsaic propusimos una integración de tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial e interactividad multimedia, a través de puntos digitales estratégicos que no compiten con las esculturas, sino que las realzan.
Vídeos animados con IA
creamos clips breves donde las esculturas cobraban vida para contar, en primera persona, la historia de personajes como Cleopatra, Julio César o Audrey Hepburn. Estos vídeos se integraban tanto en tótems informativos como en redes sociales, conectando el contenido físico con el entorno digital del museo.
Personajes interactivos
Uno de los elementos más innovadores fue el avatar conversacional de Santiago Ramón y Cajal. Usando IA y registros sonoros reales, conseguimos reproducir su voz para que los visitantes pudieran hacerle preguntas desde una tablet junto a su figura. La experiencia fue tan realista como educativa: una conversación directa con la historia.
Gracias a esta transformación, el Museo de Cera de Madrid no solo modernizó su propuesta, sino que redefinió la forma en la que los visitantes se relacionan con su contenido, posicionándose como un espacio donde el pasado y el futuro conviven en armonía.
Por todo ello, el tótem digital ya no es una herramienta del futuro, es una realidad presente que está transformando la manera en que los museos se relacionan con sus visitantes. Aporta valor, accesibilidad, dinamismo y datos para crecer. Y, sobre todo, contribuye a que la cultura se viva de forma más cercana, interactiva y personalizada.
En Mindsaic, ponemos la tecnología al servicio de esa experiencia. Porque creemos que el conocimiento no solo debe preservarse, sino también compartirse de forma viva, atractiva y accesible.

